Os deseo buenas tardes, gente (mientras suena Purple Haze en el tocadiscos)
Llevo unos meses sin parar, lo que curiosamente no me deja demasiado tiempo para atender el blog como se merece. Aun así siempre acabo volviendo a esta acogedora cripta para comentaros como está el patio rolero, por supuesto desde mi parcial y sesgado punto de vista.
Hoy vengo a rajar sobre los últimos juegos que he estado jugando siguiendo el camino del Fatero indie, aunque siempre sin olvidar mis orígenes (que me duele ya la boca de decirlo: se puede jugar a todo señores, y divertirse con lo uno y con lo otro). Al margen de discusiones sempiternas, sí, he estado jugando un webo; a pesar de que no pierdo el instinto de máster últimamente no he podido verme tras la pantalla todo lo que quisiera (por razones que me son ajenas).
Así que en estos días vamos a hablar muy por encima de los 3 últimos juegos que más me han llamado la atención, 1 de ellos ni siquiera publicado en castellano y los otros dos tan tan nuevos que aún no han visto la luz (cosa que ocurrirá en breve gracias a NSR ediciones). Estos juegos son The Weird (a lo Prince, el artista antes conocido como «Justicia Infinita»), the Firefly Role-playing game, y por último el Unrealms. Hoy empezaremos por el primero:
Mi experiencia con The Weird es una de esas maravillosas consecuencias que han tenido lugar tras el reencuentro con mi autoproclamado hermano rolero Ismael Díaz Sacaluga, prestigioso autor de Cazadores de Leyendas, Dreamraiders y ahora este nuevo proyecto. La casi obsesión de Ismael por los guiones estructurados de forma seriada, las series procedimentales y la capacidad de desarrollo narrativo (no grognardos, no hablo de PXs…) de un personaje a lo largo de capítulos/sesiones de juego, así como su visión cinematográfica o televisiva de las partidas que dirige es algo que no deja de sorprenderme y maravillarme constantemente. Esto me ha llevado a diversas conclusiones personales (la más importante sería que no hay nadie como él para dirigir sus propias creaciones) pero esa es otra historia.
De todo este universo personal suyo surge The Weird, una ambientación de aroma policiaco que trata de reproducir el espíritu de las series procedimentales de los buenos chicos de azul. algo equiparable a CSI o Castle. ¿Me seguís hasta aquí? Bien, pues ahora viene lo gordo: Imaginad que nuestro mundo tiene un contacto común y habitual con criaturas que hoy por hoy consideramos fantásticas y míticas, superhéroes, dioses, monstruos y prácticamente cualquier cosa imaginable.
¿Queréis ejemplos de lo que digo? El chaval que trabaja en el turno de noche de la gasolinera que se encuentra a las afueras es un vampiro, la bailarina principal del ballet ruso que acaba de llegar a la ciudad es una esbelta ninfa y la stripper del bar de carretera un súcubo que disfruta mucho con su trabajo, el panadero de tu barrio tiene la capacidad de amasar el pan sin tocarlo y es capaz de hornearlo con la mirada… ¿Lo mejor? todo el mundo lo sabe y a nadie le importa, porque es lo normal. ¿Normal, normal…? no exactamente, en la jefatura de policía hay un departamento especializado en casos relacionados con esta clase de seres, y ese departamento es The Weird (en definitiva, los raros de la oficina).
El grupo policial que formamos los jugadores estaba compuesto por un duro detective imbuido por el papel de «poli malo» aficionado a participar en peleas ilegales en los bajos fondos (que era un minotauro de origen británico), una poli novata que era una lesbiana depredadora sexual a la que le iba el sadomaso extremo y el sexo con criaturas mágicas (en este caso era una chica humana), y una hermosa y seria doctora forense con muchos problemas para establecer relaciones humanas normales aunque con la maravillosa capacidad de poder hablar con los muertos mediante el contacto (esta era una sacerdotisa egipcia del templo de Osiris enterrada viva hace 3000 años, que había sido descubierta en el XIX como inmortal en un estado de plena juventud y lozanía, y claro, era mi PJ). La creación de PJs esta basada en descriptores positivos y negativos, algo que recuerda mucho a FATE (como no podría ser de otra manera).
La aventura que estuvimos jugando trataba sobre la investigación del asesinato de un famoso cantante rapero que era un vampiro negrata extremadamente rico, y que apareció convertido en una pastilla efervescente tras darse una inocente zambullida en una piscina de agua bendita con el fondo cubierto de runas. La historia no deja de estar tremendamente relacionada con el sistema, pues los elementos de la trama (escenario, personajes, delito, arma homicida) surgen de una baraja de cartas desarrollada para el juego, lo que añade un elemento de aleatoriedad que resulta curioso a la vez que muy cómodo para el máster. Este sistema se beneficia, en parte, de que el cerebro humano esta diseñado para buscar patrones y relaciones entre distintos elementos, y por otro lado ahonda en esa opción de ceder el testigo del masteo a los jugadores durante breves escenas (creándose verdaderamente una historia improvisada entre todos). El descubrimiento y su investigación enlaza directamente con la siguiente, hasta completar la trama del «capítulo». No se si consigo explicarme correctamente, pero el resultado final (independientemente de los arcos dramáticos que puedan saltar de un capítulo a otro, relacionados con el desarollo de los personajes) es lo que los yankees llaman una estructura de «monster of the week». Y el caso es que funciona.
Altamente recomendable, señores. Y si alguno piensa que no hablaría mal de un juego solo por que esta diseñado por un amigo mío, ese no me conoce.
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